Esta obra que instaló el artista Olafur Eliasson en colaboración con el arquitecto de paisaje Günter Vogt en la Kunsthaus de Bregenz de Peter Zumthor, supuso un caso paradigmático de mediación del arte entre la percepción y el conocimiento de la realidad.
Para crear estas atmósferas, lo primero que realizan es la identificación del carácter del lugar, sea sublime o banal y de esta forma transformarlo. Este reconocimiento de las cosas "as found" es condición necesaria para lograr una eficacia ambiental.
"Se abandonan en su trabajo al placer de la destilación radical de atmósferas imaginadas, concediendo verdadero valor material a elementos como la luz (natural o artificial), el vapor de agua, el perfume, la vibración del aire, el color, la temperatura, el paso del tiempo o incluso, la memoria."
En la primera planta aparece un deck lineal de madera que atraviesa la sala sobre un estanque artificial de 470 m2, fondo negro y 5 cm de profundidad.
El estanque es un espejo perfecto que desdobla la presencia del gran techo-cielo con la luz naturla difusa.
La plantas crecen y mueren constantemente tiñendo así progresivamente la lámina desde el verde profundo al claro y al pardo. La alta humedad y el fuerte olor de descomposición de la laguna Duckweed hacen palpable el microclima intensificado y superpuesto al clima exterior.
Así se describen cada paisaje que genera en las diferentes plantas.
Me ha encantado descubrir que el Olafur Eliasson se dirige por carta, antes de la inauguración, a los visitantes preguntándose:
"Antes de entrar en la exposición, ¿se fijó en el tiempo que hacía fuera? El tiempo de Bregenz es una pieza de la exposición"
El ritual de aproximación a la Kunsthaus, las condiciones atmosféricas (probablemete de lluvia) durante esa aproximación, al ser incorporados a la dramaturgia del evento, funden los medios exterior interior, creando un fenómeno en continuidad ESPACIO-TEMPORAL.
Si la obra de Zumthor intensifica el valor del lugar, la instalación de Eliasson y Vogt desvela la experiencia del edificio, intensificándola.
Obra de arquitectura y obra de arte se funden en un fenómeno único de percepción paisajística.
Texto cogido de Miguel Kreisler
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